El pasado 30 de abril Estados Unidos pospuso la imposición de tarifas a la importación de acero y aluminio a Canadá, la Unión Europea y México hasta el 1 de junio del 2018, mientras alcanzaba acuerdos para exenciones permanentes para Argentina, Australia y Brasil.
También se otorgó una exención permanente a las tarifas de acero a Corea del Sur como parte de una revisión de un tratado de libre comercio
A partir de esta fecha, se aplicarán los aranceles fijados el pasado 23 de marzo por Estados Unidos, para las importaciones de acero (25%), y las de aluminio (10%) , dado que al parecer todo indica, que no habrá ampliaciones más allá de esta fecha para compensar tarifas.
EEUU invoca una ley comercial de 1962 para sostener estas protecciones por razones de seguridad nacional, ante el exceso global de ambos metales que se atribuye en gran medida a su producción en China.
La Comisión Europea toma nota de la decisión de los Estados Unidos de ampliar esta exención a un período tan breve, y considera que la UE debería estar total y permanentemente exenta de estas medidas, al no poder justificarse por razones de seguridad nacional, ya que el exceso de capacidad en estos sectores no se origina en la UE.
La UE ha indicado su voluntad de debatir cuestiones actuales, pero ha dejado claro que no negociará bajo amenaza, y recuerda la posibilidad de la UE de imponer aranceles a artículos americanos para la importación, de hecho ha elaborado una lista de aranceles para “equilibrar” con un valor de 2.800 millones de euros (3.400 millones de dólares) los productos estadounidenses en caso de que no quede excluida permanentemente de estos aranceles, entre los que se incluyen por ejemplo, cigarrillos, maíz y fregaderos de acero inoxidable